Vender una propiedad, normalmente siempre es una operación bastante rentable y que aporta cierta liquidez, pero para evitar sorpresas, hay que tener en cuenta que el vendedor también asume una serie de gastos en esta transacción y que algunos de esos gastos son impuestos.

Estos son los diferentes impuestos que tiene que asumir el vendedor:

Una de las cosas principales de las que se tiene que asegurar el vendedor antes de poner su casa a la venta, es que en inmueble esté libre de cargas, y por lo tanto, tendrá que aportar toda la documentación que garantice que el inmueble no tiene ningún pago pendiente, entre las diferentes facturas y comprobantes que tendrá que aportar el vendedor, se encuentra el recibo del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI), que corresponde a la persona que figura como propietario a fecha 1 de enero y tiene que estar abonado el día de la firma. Hay ocasiones en las que se ponen de acuerdo tanto el comprador como el vendedor y gestionan el pago del impuesto entre los dos, de manera que cada uno paga la parte proporcional del periodo en que va a ser dueño de ese inmueble durante ese año.

Una vez que se ha vendido el inmueble hay que tener en cuenta dos impuestos más, en concreto:

• El Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF): cuando se vende una propiedad se produce una ganancia o una pérdida patrimonial, que debemos declarar durante el año siguiente de la venta. Es importante saber que este impuesto solo se paga si se ha obtenido una ganancia patrimonial, es decir, si el valor de transmisión ha sido mayor que el valor de adquisición.

Para poder calcular la ganancia patrimonial, hay que tener en cuenta el valor transmisión, esto es: el importe real de venta, menos los gastos y tributos; y el valor de adquisición, es decir: el importe real de compra, más las inversiones, mejoras, los gastos y tributos, menos las amortizaciones. Dependiendo de la ganancia obtenida habrá un porcentaje de IRPF.

• Al 19 % hasta 6.000€.
• 21 % entre 6.000€ y 50.000€
• 23% entre 50.000€ y 200.000€.
• 26% cuando sea más de 200.000€.

• Existen exenciones a este impuesto en los siguientes supuestos:
  • Si el dinero obtenido se reinvierte en una vivienda habitual, donde el plazo para la reinversión es de 2 años y en principio, hay que destinar todo el dinero de la venta a la reinversión, en caso de que sea reinversión parcial, habrá que pagar el impuesto por la parte de la cantidad de dinero que no se ha reinvertido.
  • El vendedor es mayor de 65 años, en ese caso no hay que pagar IRPF por la venta de vivienda habitual, si lo que venden es una segunda vivienda, entonces sí habrá que tributar por ella, a no ser que reinviertan el dinero obtenido en renta vitalicia.
  • Cuando se entrega el piso en dación en pago, es decir, si se produce la entrega de la vivienda por no poder haber hecho frente a los pagos de la hipoteca.

• El Impuesto sobre el Incremento del Valor de los Terrenos de Naturaleza Urbana o plusvalía municipal: este impuesto, que grava el aumento del valor del terreno que ha experimentado nuestro inmueble durante los años en que hemos sido propietarios, hay que pagarlo durante los 30 días posteriores a la venta del inmueble, y se calcula en base al valor catastral del piso, dependiendo de los años que hemos ido propietarios y por un porcentaje fijado por el Ayuntamiento.

Además de estos impuestos que hemos comentado, la venta de un inmueble implica también una serie de gastos como la Notaría y el Registro de la Propiedad, ya que, y a no ser que entre el comprador y el vendedor se decida otra cosa, el coste de la escritura matriz corre a cargo del vendedor. Por otra parte, y si la casa cuenta con hipoteca, el vendedor tendrá que abonar de nuevo gastos de notaría y de cancelación de la hipoteca en el Registro de la Propiedad.

En Aldebre Inmobiliaria te ayudamos a vender tu vivienda,  gestionando todos los trámites necesarios para que puedas conseguir tu objetivo de una forma segura y con todas las garantías.

Además de estos impuestos que hemos comentado, la venta de un inmueble implica también una serie de gastos como la Notaría y el Registro de la Propiedad, ya que, y a no ser que entre el comprador y el vendedor se decida otra cosa, el coste de la escritura matriz corre a cargo del vendedor. Por otra parte, y si la casa cuenta con hipoteca, el vendedor tendrá que abonar de nuevo gastos de notaría y de cancelación de la hipoteca en el Registro de la Propiedad.

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