Las casas que nunca comprarías. ¿O puede que sí? El desierto puede ser un destino de ensueño y el lugar perfecto para disfrutar de la vida después de la jubilación, o al menos eso pensaron los dueños de esta curiosa casa que se confunde con el paisaje del desierto de Sonora en Arizona.
Si alguna vez nos perdemos por la zona nos costará reconocer la edificación que se construyó sobre todo con tierra apisonada, un material sin prácticamente efectos secundarios ambientales. Esta cuestión tuvo mucho peso a la hora de idear el proyecto pues se tuvieron en cuenta detalles como las rutas de migración de los animales autóctonos.
La vivienda se divide en tres zonas distintas y aisladas unas de otras para los diferentes momentos del día; vivir, dormir, y la grabación de la música. Cada zona tiene un acceso independiente desde el exterior. Esta separación resolvía el problema del aislamiento acústico, tan importante en el estudio de grabación y para la tranquilidad del resto de la vivienda.
Diseño, eficiencia energética y confort en medio de lo que de entrada entendemos como un entorno hostil. Un ejemplo de que cualquier lugar es bueno si conseguimos idear nuestra casa ideal.