España es el segundo país del mundo con mayor esperanza de vida, sólo nos supera la población japonesa, ¿os habéis parado a pensar en cómo pasaremos esta última parte de nuestra vida?
En los años 60 y 70 surgió una nueva forma de vida en Dinamarca. Desde allí se extendió a Estados Unidos y otros países del norte de Europa. Y, recientemente, esta manera de viviendas colaborativas para mayores ha llegado a España.
Ha tomado el nombre de Cohousing y nacieron como una alternativa a las residencias de mayores. Al llegar a la tercera edad algunos no quieren acabar en una residencia para mayores y prefieren seguir llevando un estilo de vida activa y autónoma. Otros no pueden permitirse una residencia para ancianos y escogen la vida colaborativa en la que comparten gastos y labores del hogar.
Las viviendas en las comunidades de Cohousing, son reducidas, de unos 50 o 60 metros, pues lo que se busca es darle más espacio a las zonas comunes para establecer zonas recreativas como salas para hacer yoga, taichí o pistas de petanca. Además, estas viviendas reducidas consumen menos recursos energéticos y son más eficientes potenciando así el ahorro económico de estos ancianos.
Sin barreras arquitectónicas, los lugares públicos se deciden por asamblea y la gestión de todas las zonas comunes se gestionan entre todos, repartiendo las tareas de la vida diaria. Cocina compartida, lavandería… ahorrando así recursos, estando en contacto con personas de su misma edad y, lo más importante, siguen sintiéndose útiles.
Los inmuebles suelen ser propiedad de una cooperativa y esta cede el uso a los socios a cambio de una cantidad de entrada a la cooperativa más el alquiler mensual.
El Cohousing permite elegir la vivienda que se adapte a las necesidades de cada momento.
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